sábado, 31 de mayo de 2014

Dunce princesa

Vagaba insensible por esta vida sin color;
 con los ojos cerrados, agobiado por el dolor,
 hasta que de repente, una intensa luz me iluminó...
 Abrí los ojos, miré al cielo y ahí estabas vos:

 mágica, hermosa, radiante criatura virginal
 como una dulce princesa escapada de un cuento irreal.

 La claridad de tus bellos e increíbles ojos
 inundando con intenso destello multicolor,
 cada uno de los espacios grises de mi corazón.

 El mínimo roce de tus dulces labios rojos
 conmueve cada fibra íntima de mi pasión,
 invitando a beber de ellos cada gota de tu amor.

 Tu inocente y provocativa sensualidad
 te sacude, te golpea, te incita sin piedad,
 provocando una avalancha de furiosos sentidos
 que te arrastran por toda la eternidad.

 Inconsciente de mí, sin medir las consecuencias,
 te entregué mi vida, mi pasión, mi conciencia;
 te entregué, quizás, el más sincero de mis tesoros:
 el amor más puro y simple de todos.

 Tal vez, te digan que quise arruinar tu vida,
 sería una estúpida, loca, idea suicida;
 si tu vida es la mía, si no hay vida sin ti,
 dicen tantas cosas ya no saben que decir...

 La vida me ha golpeado de manera insaciable
 con una indescriptible y feroz crueldad,
 terrible e intenso dolor, sólo comparable
 al que se siente cuando tú no estás...


jueves, 15 de mayo de 2014

No me pidas

Podés pedirme que acabe con
 el hambre y la pobreza del mundo...

 Podés pedirme que viaje hasta el sol
 sin nave espacial...

 Podés pedirme que en una noche estrellada
 te lleve de paseo a la luna...

 Podés pedirme que haga retroceder los relojes
 para regresar a los tiempos felices...

Podés pedirme que cruce los océanos a nado
 los desiertos a pie...

 Pódes enloquecer incluso y pedirme
 que sea bueno y humilde...

 Pero, por favor, no me pidas
 nada imposible...

 Por ejemplo, no me pidas
 que deje de verte...

 ¡No me pidas
 que deje de llamarte!

 ¡No me pidas
 que deje de desearte!

 ¡No me pidas
 que deje de entenderte!

 ¡No me pidas
 que te abandone a tu suerte!

Pero por sobre todas las cosas
 no me pidas...

 ¡Que deje de amarte!