Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera
abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos
también puede besar
con la mirada.
¿Cómo vive esa rosa que ha prendido
junto a tu
corazón?
Nunca hasta ahora contemplé en la tierra
sobre el volcán la
flor.
Mi vida es un erial;
flor que toco se deshoja;
que en
mi camino fatal,
alguien va sembrando el mal
para que yo lo
recoja.
De lo poco en la vida que me resta
diera con gusto los mejores
años
por saber lo que a otros
de mí has hablado.
Y esta vida mortal y
de la eterna,
lo que me toque, i me toca algo,
por saber lo que a
solas
de mí has pensado.
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